jueves, 20 de enero de 2011

el verano, se sobrevive

Me fui y vine.
Sí, a la playita, ahí donde ya no podés mentir. Donde solo centímetros de tela cubren tu piel, excepto que quieras anda ridículamente tapada (para qué?!).
Donde resignación es la palabra clave y caipirinha es el medio.
Básicamente: dormí, comí, tomé Skol, caipirinha, otra Skol, dormí, comí de nuevo y dormí.
Y claaaaaaro, me metía también al mar, saltaba las olas y eso.
Pero debo confesar que la ropita deportiva, el ipod y los championes running solo ocuparon espacio en mi valija. Ni se arrugaron, ni se gastaron.
Sin presiones (porque mi nutri está también de vacaciones) y después de vivir casi 15 días en cámara lenta, excepto en los momentos que se ordenaban los camarones, volví y re machita me subí a la balanza...

un kilo...

MENOS!!!
hay que ser galla para superar así esto eh!