martes, 10 de agosto de 2010

para mí que...

cuando una tiene alma de gorda, relaciona comidas con sentimientos, sentimientos con comidas.
el helado por ejemplo, tomado con una cuchara grande y directo del isopor frente a la tele, es el clásico cliché "tu novio te chutó y convulsionas de angustia".
cuando estás muy contenta te podés hasta animar a comer una ensalada bien colorida, frutas o verduras, entran durante épocas de felicidad.
si estás esperando algo, por ejemplo que "alguien" llame, no hay chocolate o cualquier variante extra azucarada que se salve, la ansiedad te pasa después la factura con algún pantalón que no cierra.
no te das cuenta, pero es así.
a veces lo que sentís es tan fuerte que no podés comer nada, pero sigue relacionándose con el acto de ingerir algo.
me acuerdo de la vez en que una amiga se enteró de algo que hizo un muchacho que le gustaba y se pidió todo el menú de un restaurant, habrá tenido muchisísimos sentimientos ese día!

1 comentario:

DiEGokBZoN dijo...

Jajaja, espectaculares analogías (creo que esa es la palabra)