martes, 18 de diciembre de 2012

50

Una sensación super rara es salir o ir a algún lugar y que nadie te reconozca. Las mismas personas de siempre, muchos de ellos tus amigos, pero a simple vista nadie se da cuenta que sos vos.
Me contó una amiga que eso le anda pasando muy seguido, es mas, yo misma doy fe de que está irreconocible! Después de cruzarmela dos o tres veces recién (con cara de sorpresa) pude saludarle.
Esta amiga adelgazó nada menos que 50 kilos! Si, 50, básicamente se quitó una modelo de pasarela de encima.
Se quedó por la mitad, y está muy bonita.
Después de “ponderarle” un buen rato le pregunte exactamente TODO sobre como lo logró. En realidad, no existen secretos, para ella fue exactamente un año de esfuerzo y sacrificios, y según mi amiga ya ni siente tanto esfuerzo ni tanto sacrificio, se acostumbró totalmente.
Lo que me sorprendió no fue realmente el cambio físico sino algunos aspectos de su nueva vida que según ella no son tan fantásticos como cualquiera pensaría, por ejemplo:
- Me dijo que si antes “no tenía que ponerse” por gordita, ahora menos! que no está para nada acostumbrada a su nuevo cuerpo y le parece que todo le queda mal, que siempre soñaba con el momento en el que le entren tranquilamente los talles de las tiendas, pero que ahora que el cierre cierra el espejo es su peor enemigo y siente que nada le va bien.
- Que no tuvo mas levante por estar mas flaca y que inclusive el tipo que siempre le gustó se fue alejando mas del ella después del cambio, que en lo que a hombres se refiere está todo mal ya que toda esta revolución la pone bien tímida y perdió un poco de esa actitud avasalladora de cuando estaba en su peso máximo.
- Que definitivamente se siente de maravillas en cuanto a salud se refiere pero que las cicatrices psicológicas de tantos años de gordita son dificilísimas de borrar, la inseguridad y la incomodidad dentro de su propio cuerpo siguen, y también una rara percepción de como la miran los demás.
Ver a esta persona tan bien, dan ganas, en definitiva dan ganas de empezar y hasta con cierta convicción del si se puede. Y también agradecí su honestidad, que me haya contado que está difícil inclusive acostumbrarse a lo que una siempre soñó, prueba de que el “estar bien” es un estado integral y que el amor propio depende de una mezcla de muuuuchos factores y no esta para nada condicionado a unos centímetros mas o menos de piel.

No hay comentarios: